Alejandro José Diaz Valero

CRUZ SALMERON ACOSTA

 

CRUZ SALMERON ACOSTA. (Cumaná, 1892-1929)

Llamado "poeta del martirio". En colaboración con otro poeta cumanés, su gran amigo José Ramos Sucre, fundó la revista literaria "Broche de oro". Víctima del mal de Hansen, designación casi poética de la enfermedad conocida como lepra, se recluyó en Manicuare, un pueblo que creció a lo largo de la costa de la península de Araya y desde el cual se puede ver la ciudad de Cumaná. Allí, postrado en la cama, tuvo que dictar muchos de sus poemas cuando la enfermedad le impidió escribir. Su obra refleja la adversidad, la angustia y la restricción que le acompañaron durante su vida. Hoy en día, la casa de Cruz Salmerón Acosta, lugar de destierro físico y espiritual del poeta, aún nos convida al reposo para contemplar, desde la pequeña colina en que se encuentra, aquella costa que tanto amó y el ancho azul que insuflara a sus poemas toda esa carga de melancolía y desconsuelo. La casa es conservada por los jóvenes del Centro Cultural Cruz Salmerón Acosta con esmero y dedicación, un grupo de muchachos manicuareros dedicados a conservar viva la memoria del poeta y que celebran de manera especial el natalicio (3 de enero) y muerte del poeta. Además, han construido el Museo Cruz Salmerón Acosta en el lugar donde vivieron los padres del mismo. Su obra cumbre: el Poema “AZUL”.

 

AZUL

Azul de aquella cumbre tan lejana
hacia la cual mi pensamiento vuela,
bajo la paz azul de la mañana,
¡color que tantas cosas me revela!

 

Azul que del azul cielo emana,
y azul de este gran mar que me consuela,
mientras diviso en él la ilusión vana
de la visión del ala de una vela.

 

Azul de los paisajes abrileños,
triste azul de los líricos ensueños,
que no calman los íntimos hastíos.

 

Sólo me angustias cuando sufro antojos
de besar el azul de aquellos ojos
que nunca más contemplarán los míos.

Cruz Salmerón Acosta

 

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VERSOS PARA EL POETA AZUL

 

Como olvidarme Cruz Salmerón

de la obra que dejaste tú,

lo bello de tu poema “Azul”

Digno de la más fina colección…

Como olvidarte poeta de convicción

si anclado en las costas de Araya,

tu verso triste no se calla;

Porque salió de tu mente cual rebaño

Y aunque solo viviste treinta y siete años

Todavía retumbas cual metralla.

 

No tenías ni manos para escribir

pero tu mente seguía dictando

versos que seguían brotando

dejando al descubierto tu sentir.

Pudiste ante el mar descubrir

la grandeza de la vida,

hasta tu gloriosa despedida

aquella mañana lluviosa;

y entre gota, gota y gota

recordamos tu partida.

 

Alejandro J. Díaz Valero