Te busqué en cada chispa encendida
en cada brasa que se enfriaba
en ese sol tibio de norte
en la certeza y en la ambigüedad.
En el cielo que está en la tierra
en la vida grande de sobriedad
en la barca donde navegas
en medio de estelas doradas de paz.
En la belleza, en la pureza
en los dulces y fragantes días de amor
en la esperanza de un nuevo día.
Y en el momento que el amor se encendió
y en esa tu voz de sones y melodías
que abrazan con calidez y candor.
Pero te encontré en medio de versos
suaves, tiernos, cálidos y fragantes
de una colorida y madura flor.
Yamila.