Diego Nicolás García Contreras

Diesca (6)

Parte recóndita,

diario de amanecida, 

alta mar embravecida.

Por el pernoctar del plenilunio,

y la pulpa de junio, 

yace exprimida.

Desparramada al sol de invierno,

viva a cada momento.
Durazno molido sobre la acera,

Buscando el sustento de su alma pasajera.

La somnolencia de cráteres taciturnos

Diurnos y en la noche.

Pajarros errabundos que sin saltar salen en dirección desconocida,

que sin parar extienden las alas tan decididas; 

Aplacando el mal al cantar,

perfumado al viento al pasar.
 

Como tu, como yo. 

Como esos momentos, 

los más lindos de mi vida.
Que en un centro límbico atraviesan la ternura;

Instauran la premura del caudal y su encanto, 

de la sal y su manto, 

de delicias futuras.

Entre tanta bruma y llanto.