yito

La Argentina.

 

 

Despertara la argentina

con un nuevo presidente

que debe ponerse al frente

y despejar la neblina.

La soberbia por dañina

aleja al barco del puerto.

Ella teme el desacierto

de negarle a su nación

de sus frutos, la porción

que bien merece por cierto.

 

De las promesas vacías

le duelen los desengaños

porque conoce los daños

de quien se siente un mesías.

A las falsas profecías

la aceptan algunos sabios.

Una imprudencia en los labios

de quien dirige un país

a lo claro vuelve gris

y siembra solo resabios.