Julio Noel

Ayer tuve entre mis manos tus níveas manos

Ayer tuve entre mis manos tus níveas manos,

sus caricias eran como las de blanca paloma,

su suave piel exhalaba un delicioso aroma

que me mudaba a un edén colmado de manzanos.

 

En tus verdes esmeraldas nacían mis sueños,

tus corales escarlata eran dulce ambrosía

que anulaba mi frágil voluntad noche y día,

contigo sólo vivía plácidos ensueños.

 

Hoy en mi fantasía recuerdo tu imagen bella,

las nacaradas perlas de tu boca de fresa,

tus rubíes y tus verdes ojos de deesa

y tus blondos cabellos como oro de ocre estrella.

 

Retorna otra vez a mi lado, mi dulce amada,

no dejes desamparado a tu esclavo sumiso

en este depravado mundo, solo e indeciso,

que lo precipite en el averno y en la nada.

 

Suspiros y sueños de amor