NUNCA SE RINDE LA VIDA
La vida no se interpreta,
nace y crece en su materia.
Deja caminos abiertos
y soleadas praderas,
para que el ser se sorprenda.
Como el viento torna a brisa
o se convierte en tormenta.
Su poder no es negociable
y la imposición no acepta.
Surca los cielos abiertos
la paloma mensajera,
lleva en sus alas la vida,
de colores su apariencia.
Late en su cuerpo la esencia,
del vuelo en que se sustenta.
La libertad es su poder,
de abarcar la inmensa tierra
Y hace a su trinar honores,
cuando su vida despliega.
Rompe la vida los moldes,
que el ser humano encorseta
y plasma la realidad,
en el amor y en la afrenta.
La voz infinita llama,
para que todos aprendan
y cada quien en sus carnes,
hace visible su fuerza.
Su abrazo se hace mortal
o con cariño te acepta.
Palabras que van llenando,
hojas en blanco de niebla,
en cada página brotan
y en cada nota se acercan,
a la cruda realidad.
Solo la vida es verdad,
lo demás son frases hechas
para vestir su crudeza.
Su valor está en el ser,
que se abraza a su entereza.
Nace el torrente en el núcleo,
donde la vida es perfecta
y la verdad cristalina
que circula por sus venas,
va inundando los adornos,
que con sus cánticos quieren
dar valor a la apariencia.
La vida vive en el centro,
donde los seres se gestan.
Filigranas en los flecos,
que de las miserias cuelgan
y el amor como argamasa,
para aglutinar la esencia.
A.L.
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05/12/2019