Me he dado cuenta que me parezco un poco a ti, que después de tu partida, mirandome a mí, veo rasgos que has dejado en mi, estragos que me recuerdan a ti.
Hoy, inexorablemente me miro al espejo y sé que no seré aquel que fui antes de aquel abril, cuando te conocí...
Después de tanto tiempo me parezco a ti.
Quizá me parezco a ti, en las cosas que más extraño de ti, tu risa, tu llanto, tu sutil forma de hacerme sonreír o quizá tú forma de decir que me amarías hasta el fin.
No es que te haya amado mucho, no es que te haya amado poco. Es tan solo que al intentar olvidarte a ti, quizá me estoy olvidando a mi.