Éramos arte antes de ser sombra
antes de ser patíbulo éramos la almohada donde recostábamos nuestras cabezas,
nuestros pensamientos,nuestros temores.
Olvidamos los puentes compartidos,las monedas,las Venecias que nunca llegaron, prefirieron bajar de espaldas las escaleras.
Éramos insomnio en medio de una ciudad dormida,éramos las diestras manos del luthier que le arrancaba un arpa a una vieja caja de madera, mojada por la lluvia caudalosa del parque.
Éramos todo, al menos eso pensábamos nosotros,no existe un yonki más sensual que tú, me decías, no hay rostro de luna semejante a tu rostro de luna, te maullaba.
Tú me besabas con tus dientes de pantera,con tus sables incomodabas mi herida y nos gustaba. Pero ya no somos, más allá del recuerdo que choca contra el cristal,somos el abismo,esfera y cuadrilátero. Demasiado parecidos a la so(su)ciedad,demasiado alejados de nosotros mismos. Ya no somos arte,somos la página en blanco en manos de un artista mediocre.