¿Y qué si mi vida traspasó el umbral del olvido?
¿y qué si mis sueños murieron en su piel de fuego?
¿y qué si mis ansias se ahogaron en su negro pelo?
¿Acaso el amor se nutre del dolor de noches en vilo?
¿acaso la ilusión muere en el final del camino?
¿acaso el vencido no tiene derecho de escoger su sino?
Volverá su recuerdo como ladrón a mis sueños,
volverá su aroma para atormentar mis cielos,
volverán todos los días su sonrisa y sus lúdicos juegos.
De nada sirve el dolor cuando el amor es ajeno,
de nada sirve el color, cuando su corazón es ciego,
de nada sirve vivir, cuando el vivir día a día no es bueno.
Andrés Romo
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