NOLO RODRIGUEZ

El final.

Todo empezó con un mal beso,

Con una mirada, con dos vasos.

Todo empezó sin previo aviso,

Sin apenas entrada, sin pedir permiso.

 

Empezamos a pedirnos perdón,

por no habernos pedido un respiro,

y empezamos a sacar el aguijón,

Sin apenas escuchar el zumbido.

 

Entonces empecé a quedarme sordo,

Harto de sollozos y gritos.

Y empecé a comprender la soledad del monstruo,

Que llorando asusta sin ser comprendido.

 

Empezaste a pensarme bebiendo otros besos,

Y empezaste a ver visos de lo que no estaba haciendo, 

Mientras yo acariciaba otros vasos,

y besaba a frías rubias que vendían su amor por un euro.

 

Y empezaron los adioses, los \"dónde estás\", los \"voy luego\",

El malestar tras malas poses, la verdad y los \"no puedo\".

Y empezaron las limpiezas de aquel fondo de trastero,

con el consumo inevitable de lo que un día pudo ser fuego.