Martha Arias

Vio la tortuga...

 

Vio la tortuga en el jardín un día
Que una violeta ingenua florecía.
Quiso beber su aroma y la dulzura
La deliciosa miel de su hermosura.

En su bondad la flor no se oponía
A ser manjar perfume y fantasía
Y en inexplicable acto de locura
Se ofrenda pura y llena de ternura.

¿Será ley natural que algunos seres
Los mueva solamente su egoísmo?
En busca de deleites y placeres

Proceden con crueldad y con cinismo
Evaden atender a sus deberes
Y se fingen los dioses del altruismo.