Cronos_Delirio

Ruido

.

Hemos vivido demasiado tiempo
en los brazos de una silla
contemplando la gelidez de la ceniza.
Dejamos caer nuestros nombres
junto a las colillas, el alcohol
y el pop corn. Abrimos la ventana
para que pasara el cielo y se coló
el sollozo de su nocturnidad.
Quisimos ser solo grietas para
no ser culpados por el desaliento.
Y ahora flota entre los muebles
esa risa convertida en mueca.
Entre los vértices y sus
cuidadas vitrinas, un reflejo
que nos contradice.
Todo deviene en espeso cansancio,
entre el ruido extremo
de no decirnos nada.