José Luis Barrientos León

Amor disfuncional

 

 

He detenido mi andar al saberte eterna

Sin respiración y aliento terminaré un día inmóvil, inerte

En cambio, tú, inmortal, constante, de brazos tibios e imagen clara.

He detenido mi andar, al saberte ajena, incontenible tu alma, lejana

 

He iniciado mi Hégira solitario, mi viaje cual eremita de sueños muertos

Me he alejado de ti, con los ojos cerrados, sin aliento, pleno de olvido.

Para sentir que respiro, te miro

Para sentir que aún vivo, te miro

 

Pero vuelvo aquí de nuevo, como rama florida, como brote de olivo

Va brotando el placer, tierno como un suspiro

Con un aliento de paz, que me ahoga y me espanta

Una sorpresa tímida, un sobresalto en mi alma

 

He caminado hacia ti de nuevo, al saberte humana, temerosa

Vuelvo a ser esencia, sustancia material y te miro

Llega a mi tu voz, desamparada. Pudiste amar y mueres.

Tu corazón encogido, de latido débil. Pudiste amar y mueres

 

Hemos detenido el andar, como flores agonizantes, de brazos débiles

El principio de un gemido, tu cuerpo de pie junto al mío

Vuelvo a nacer y te miro. Vuelvo a amar y te miro

Vuelves a mí y me miras. Vuelves a amar.  El adiós, la partida.