Al Duborg

Caperucita Roja

Las campanas sólo esperan

 anunciar la libertad

no quieren seguir doblando

antes de la pubertad,

 arrodillados por hambre,

 las niños siguen soñando

 por un pedazo de pan.

Si el pellejo fuera grasa

mantequilla para untar,

la vendimia de las sobras

se las lleva un huracán,

en torbellinos de frases

 ya los molinos no rotan

para regar el trigal.

La tierna Caperucita

 hoy se quitó el antifaz,

se comió todos los panes

de una manera voraz,

el lobo sopla sus planes

en mi cabaña frugal,

pronto seremos sultanes

y ellos un simple disfraz.