Joseponce1978

El adiós del samurái

Guerrero fraguado en el sol naciente,

las nudosas raíces del bonsái

añoran regresar al guirigay

de la armadura lanzada en torrente.

 

Sin más escudos que el valor al frente,

donde termina el honor samurái,

antes de firmar la sumisión, hay

esperando un harakiri decente.

 

Mejor destripado que ser esclavo

de la desmoralizante derrota

a sus enemigos vendida cara.

 

Al sufrir su dignidad menoscabo

por el contrincante, el filo agota

del mancillado sable, y sayonara.