Mirarte es mirar el cielo,
es mirar la divinidad,
es admirar la beatitud de Dios.
En ti hay dones y maravillas,
hay paz y hermosura,
Son tus ojos divino vergel,
tus labios copa de ambrosía,
tus manos caricia para la heridas,
tu voz la melodía de los cisnes y las sirenas.
Es tu rostro el reflejo de reino celestial,
hay colores en tu personita,
colores divinos que anhelo alcanzar,
Eres el poema jamás escrito,
las notas jamás tocadas,
la más hermosa canción jamás cantada,
eres la creación perfecta,
la flor más bonita de los jardines,
adorno para una fiesta,
joya inalcanzable a mis antojos,
Eres tan bonita y más que miradas;
robas corazones y hasta la misma alma,
todo en ti está puesto con amor y grandeza,
a la belleza se le pasó la mano
al elegirte a ti como representante.
Hay quien no quisiera ser de ti tu jardinero,
para cuidarte con amor y esmero,
Quien no quisiera ser de ti un adorador,
Eres altar sacrosanto,
eres el cáliz que llena de gloria,
eres modelo para un escultor.
Tu nombre es el verso más
hermoso de un poema.
Y para mí, para mí corazón,
eres la mujer que amo.
Autor: Ronald Tadeo Ramírez Elizalde