Luisa Arias Soto

Cuando Se Quiere Amar...

Si en algún momento se me arrebatara la vida

solo una cosa pediría antes de desvanecerme con ella…

es sentir tan solo una vez el amor, que no me causase dolor…

sentir como sus manos tocan mi cuerpo sin intención de

tocarlo, sino de tocar mis sueños.

Sentir como la tibieza de su aliento me pide a gritos un beso.

Y que cada palabra susurrada como gorrioncillos

traviesos sean más bellas que el silencio y se aniden en mi

pecho.

Tan solo pediría ser parte de la vida de alguien,

y que ese alguien sea parte de la mía, sin seguir ninguna regla

ni tampoco profecías.

Solo ver a alguien frente a mí y saber que es parte de

mí aunque tenga libertad,

libertad para amar y escogerme,

y poderle dar esa paz que anhela su corazón,

esos besos que devoren su pasión,

y la única verdad la que salga de mi interior.

¿Tan difícil es encontrar a alguien que simplemente quiera

amar?

¿Será que el momento puede más que el sentimiento?

¿Será que el amor se vuelve tonto en un mundo tan perverso?

La carne solo es carne, los huesos solo polvo, envejecen,

se marchitan como flores en otoño.

El espíritu permanece irradiando su luz,

y en el se encuentra el amor que tanto anhela el corazón.

Se descubre en las esferas de un rostro que el tiempo

arruga y entorpece las manos, no entorpeciendo las caricias

que aun dan calor y calman el tormento.

Donde la belleza es una dimensión oculta del pensamiento

y lo físico un tabú extraño para el amor verdadero,

el que todo ser anhela y no mengua con el tiempo.