alicia perez hernandez

USTED...

USTED...

 Usted es alguien especial en mi vida y mora en mí. Ni idea tiene de lo que me hace sentir cuando lo pienso. No se imagina lo que he vivido sin usted, sin su calor, ha sido la ausencia más dolorosa de mi vida sin usted, no me quiero ni imaginar mi vida sin usted sin verlo...Y usted no debe de imaginar su vida sin mí. Porque somos destino y el destino siempre nos alcanza. ¡Amor! Somos decreto del cielo y, fuerza que sacude el alma, la carne y el espíritu. Me fui sin usted y se me partió el alma por la mitad, la mitad me la llevé y la otra mitad se quedó con usted yo no dormía y no comía, ensordecí a toda declaración de amor, que no fuera suya. Cerré los ojos y me llevé su imagen prendida en mi corazón y su voz la escuchaba dormida por ese vídeo qué me regalo, no dejé de escucharlo nunca, era mi medicina oír su voz me hacía volver a la vida. Enloquecí y se me fue el sueño dormía dos horas y me levantaba a leer su poesía a beber de sus labios los versos que leía, a sentir su abrazo cuando en sus comentarios me dijo algunas veces un abrazo y un beso y yo me llenaba de usted en cada poesía y sus versos los hice besos y sus letras abrazos y sus palabras declaraciones de amor. Enloquecí, lo vuelvo a decir las tantas noches qué de celos moría y, me mataba con las hojas de su libro, las enterraba para que no se me olvidara ninguna de su poesía qué amaba y muchas veces Dije: “Si Pudiera” yo olvidarlo en vez de querer ser su “DIOSA” Y otras tantas dije “Si Pudiera” poder vivir sin usted lo olvidaría. Usted se metió hondo en mí y es todo para mí, mi noche, mi mañana y mi día. Y todos los días lucho por olvidarlo, pero su poesía esta cosida en mi corazón y la repite sin cesar me desnuda, me posee, me hace el amor a todas horas del día ya no sé si vivo o muero. Cuando dejo de pensarlo viene a mi mente tanto amor por usted, me pierdo en usted en sus brazos en su sudor y calor arde mi piel con fuego abriéndome la carne y penetrando usted y sus pensamientos pecaminosos por mí hay huellas en todo mi cuerpo de usted.  Tengo celos de lo que dijo allá en aquella boca y en aquellos ojos. No pienso con cordura y me dan celos de lo que usted piensa. Si usted a mí me hubiera dedicado una sola palabra de amor, ¡Ah le besaría los pies, el alma y la vida! y lo entronizaría en el altar de mi corazón. Usted nunca sabrá hasta donde lo Amo, no sabrá que se pierde en mis adentros y me hace delirar como un demente y cuando me veo en un espejo aparece su imagen y entro por sus ojos para amarlo más de lo que ya lo amo y siento reventar mi corazón de pasión por usted. Usted es culpable. Sé qué mi poesía no le gusta, pero usted es mi inspiración. De mi alma a su alma, debe saber qué lo amo a usted. Nada es copiado y nada es fingido. Cuando leo sus poemas le hago el amor y me enamoro más cada día. ‘’No me conteste si no quiere’’ Usted y solo usted será siempre MI GRAN AMOR.

Alicia Pérez Hernández... México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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