Joseponce1978

Polvorín universal

El capitalismo hace estragos.

La deuda internacional

alcanza el doscientos y pico por ciento

del producto interior bruto mundial,

por tal, le debemos al sol

dos tierras y media.

Aquí, en la Iberia masoquista,

como casi siempre,

ahora más que nunca

el ambiente está caldeado.

Agentes de policía

desbordados por los disturbios

de supremacistas cuya

genética es superior

a la de sus vecinos.

En un mundo que debería

estar encaminado

a eliminar fronteras,

manteniendo cada región

sus costumbres y cultura,

éstos se emperran

en levantar muros.

¿ Qué diferencia hay

entre éstos y los nazis?

Que aquellos tenían

un arsenal aplastante

y éstos, por suerte

para nuestra integridad,

solo empuñan mecheros,

para desgracia del mobiliario urbano.

En realidad son cuatro ineptos

adoctrinados desde la cuna;

de bebés les daban leche amarga

en un biberón rojigualda.

Pero cuatro ineptos

con el odio inoculado

en los dientes de leche

suelen hacer mucho ruido.

Mientras tanto, los gobernantes

que deben tomar cartas en el asunto,

ocupados en desenterrar

momias fantasmales del pasado

y litigando para alzarse

con el poder absoluto

en un país más dividido que nunca,

se dan la vida padre

entre mitin y mitin

a costa del obrero.

Señorías sin señorío, 

si no se avienen

a gobernar en coalición,

échense la presidencia

a piedra, papel, tijera

y dejen de marear al pueblo.

Fuera de nuestras fronteras,

y sin que sirva de consuelo,

el pampaneo no pinta mejor:

El tío Sam imponiendo aranceles

al jamón, al aceite de oliva,

a los patinetes voladores.

¿ Le pondrá límites algún día

a su prepotencia de contrabando?

Lo dudo mucho.

Más al sur nos encontramos

a Sudamérica en llamas:

el amazonas literalmente

y la mayoría de sus países

de manera figurada.

Ya ni el sapo berrugoso

se siente tranquilo bajo tierra

y ha salido de su madriguera

para poner pies en polvorosa

sin saber donde meterse

mientras segrega

cantidades ingentes

de su viscosa toxina

ante la amenaza invisible.

La planta carnívora

se ha quedado sin carne

y se ha vuelto vegetariana

hasta engullir

otras plantas carnívoras,

por lo que ha terminado

siendo una planta caníbal;

el súmmum de la evolución;

la quintaesencia

de la selección natural.

Pensémoslo un momento,

una planta carnívora

vegetariana caníbal,

¡JAAAAAAAAAAA!

Perdonen que me ría

pero no pueden negarme

que sería la rehostia.

Quizá ya se esté cociendo

y lo tengamos a la vuelta de la esquina.