Ben-.

De los que me aman-.

I-.

 

Miembros de soles distinguidos

erradicados por fuerzas oscuras,

que derriban músculos inactivos,

presidiendo el color de un día y su navío.

Las velas comerciales incentivando

profundamente aguas lejanas, que permiten

llamas insólitas de burbujas consecuentes.

Desterrados entre símbolos de anuencia,

de antiguos cercos rumorosos, hasta la existencia

de óperas que ahogan un océano de sombras.

Las ocultas cuerdas quiebran el espejo de las horas,

milagrosamente la gente exaspera sus exactos

sombreros moscovitas.

 

 

II-.

 

Yo soy de aquellos que me aman.

Territorio fértil, secuencia de aguas

insólitas, profundidad y diámetro

de circunferencias sobre la tierra,

pájaros aves sonidos animales vegetales.

Soy la flora que incauta un indebido

paquidermo, la rosa tatuada en mitad del pecho,

el origen de la fronda que invade el precipicio.

Talud amistoso de verdes opacidades tenues.

 

 

III-.

 

Aguas profundas y distantes,

horas silentes y calladas, son

a esta hora de la tarde, navegables

ondas pasajeras, que impulsan

mi espíritu hacia el estío renovado.

Yo rodeo su cuerpo y su cintura,

enamorado como un amante de lengua

incierta, mariposas saltan de una luna a otra

mientras volteo la arenisca forjada en las olas.

Aguas profundas y lejanas,

miradme de nuevo imparable.

 

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