jacqueline Sellan

Bajo el viento del sur. Poema VI

 

 

 

 

 

Busco mi sitio en la borrasca,

como si no fueras otra cosa

que la prolongación salada de mi propio

pensamiento,

como si no fueran mis pasos sino los tuyos

los que me llevan sobre este trozo de planeta

tan alejado de tus costas.

Quizás de ti me llegue alguna nube

que vierte su torrente gozoso sobre mí,

con un leve regusto cósmico a distancias

traída por el ocio de un viento caprichoso.

Tú sigues allá tu ruta independiente

obedeciendo sólo al antojo de tus rizadas aguas,

durmiéndote en la paz de tus arenas

volcánicas y negras,

sobresaltado reposo lleno de pesadillas.

Engulles de pronto en una aspiración nerviosa

algún barco incauto

que expuso, imprudente, su delicada proa

a tu estrepitoso despertar.

Reposan en tu sombra los despojos, y a veces,

por parecer menos riguroso,

dispones sobre la playa

unos pocos maderos carcomidos,

un trozo de cordaje,

una rueda que fue timón

y controló otrora el rumbo de la nave,

y ahora yace, planamente, a tu lado,

como si fuese un muerto,

llenándose de minúsculas pulgas de mar.

Nada respetas

y, tercamente, horadas el litoral entero

esculpiendo soñadoras cavernas,

túneles vertiginosos

y portales huecos que no llevan a otra parte

que a tu propio mal llamado corazón.

Y aún así, hacia ti elevo mi memoria

como si fueras un dios

o al menos un ángel transparente

y te doy una ofrenda de recuerdos,

inmerecidos, deliciosos,

de cristales trisándose,

de rugidos temibles

y murmullos de tierna entrega

y silencios de mentirosa quietud.

 

Jacqueline Sellan Bodin

 

 

*  HoradaR: perforar. No sé por qué no aparece en este sitio esa palabra. Sería deseable que la agregaran.