David Arthur

El indecoro de las hojas de otoño

 

 

Trepo la escalera de caracol

de tu castillo de arena,

antes de que la marea alta devore

mi intento a alcanzar las gotas de rocío,

precariamente equilibradas en tus cejas,

cual una doncella en pelígro,

suplicando al caballero valiente al socorro

 

En misión de apaciguar la disonancia,

la cual un silencio poco digno formentó,

nuestros egos en una justa de orgullo,

cada uno vestido de armadura impenetrable,

sin conseguir el trofeo del valor,

el júbilo del vencedor triunfante

 

Llegado a tus labios, los míos los humedecen

para brindarte mi beso de perdón,

una reconciliación para nuestros corazones

a prevenir el indecoro de las hojas de otoño,

segregadas de sus ramas.

en el olvido arrremolinando,

mientras nuestro amor,

igual el árbol, vestido en desnudez

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