Jhon Deivy Torres Vidal

ES SUFICIENTE CÁRCEL

Para ser un prisionero a veces basta

una lengua muy pronta y la palabra

agitadas como armas delictivas.

A menudo basta el miedo o la desidia

que son grilletes fáciles y férreos

para aherrojar libérrimos corajes.

Para ser un reo, o casi eso,

es suficiente oponerse o apartarse

de uno mismo. Es suficiente cárcel

el sentirse un desleal o el más cobarde.