Philo-posia

Logos

El dios que no está allí

no siente el pútrido aroma de la muerte al postrarse sobre mi lecho.

Dios que no estás,

no conoces los miedos, las hambres, ni los dolores.

¿Cómo sabrías estar junto al hombre si no sabes lo que este significa?

No conoces la náusea que genera el absurdo

provocado por la vista que se vuelca hacia lo trascendente,

cual niño que acude a su padre

con el fin dar luz a la oscura penumbra del vacío intelectual.

El Dios que no estaba allí

ríe mientras ardemos.