Miguel Faúndez

ALAS

He pensado que no me importa que mueras esta noche: que reviente tu corazón como una estrella, lejos del mar. Y los pájaros olviden su dulzura, su pensamiento musical sobre las naves.

He pensado que no seré capaz de llorar contigo, por ti, como una lucha de invasores abriendo continentes; estrategias anónimas en el ciclo del mundo. Ni que podré velar las últimas entregas, por no dormirme luego, ni presentir tus ojos en mariposas verdes.

He pensado que quedaré en las islas próximas al ruido, a los jardines de mantel donde cae la fruta, mientras tú me quisieras en un rasgón de puerto, con lloviznas heladas, entregándome al frío de los muchos objetos mantenidos al margen de tu boca.

He pensado que no seré feliz. Incluso que la tarde se reñirá conmigo, trayendo tu abedul en los amantes. Y en el sombrero de los montes, cuando se hagan pedazos las hojas, que no seré columpio de avellanos, ni el cabrestante tibio de otras veces... porque todavía no me libro de tus alas.