Anunciar si quiera,
el oprobio del hundido.
Esperando al semáforo inmadurecer hasta hacerlo bailar.
Soberbio disidente sin salida.
He conjugado en mis versos al amor de los días,
pero mi cuerpo rehuye de toda muestra de cariño.
Desconfía al instante.
Nada que entender.
Si les contara, no me creerían.
Es tan inverosímil mi historia, como un sueño ácido, como un verbo roto,
como un cauce sólido,
como un clavo flácido.
Heme tan resuelto como una hoja caída en una poza de agua
Resuelta a flotar, amando la superficie,
honrando al fondo
pero sin poder disolverse.
Agua, agua,
lléname de ti los poros.
Amor amor amor
Como te voy a olvidar