Ben-.

Naturaleza y ciudad-.

A mitad del hombre,

humana cavidad, dentro

del pecho, una humareda

de viejos árboles, de aturdidos

pájaros, de ánforas de lluvia

con sumergidos llantos. A mitad

del hombre, eternizado, todavía

caben, espejos tumultuosos, dentro,

donde se camuflan tigres y bengalas.

A mitad del hombre, justo en medio,

un centro en desorden, el hombre,

una llama que inflama los bordes

letárgicos, contraídos, deshechos.

Para expandirse. Para dispersarse.

Funda su ciudad, en medio de un desierto.

Y el fuego lo consume, de nuevo-.

 

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