J M Apolinar.

Bellamar.

Ahora eres tú, Bellamar, el dulce rostro de la muerte, sin piedad.

Ahora miro Bellamar,
que es tan fácil mentirme, de verdad.

Ahora me arrojas, Bellamar,
hacia el túnel de tus colmillos sin final.

Mordí justo el anzuelo, Bellamar,
no habrá más azul de los mares que es mi hogar.

Jugaste bien, Bellamar,
elegiste el cebo indicado, nada mal.

Mira que solo dijiste \"te amo\", Bellamar,
Y estaba ya más que acabado.

Bellamar.