FELINA

Y, CÓMO NO AMARLO SEÑOR

Y, CÓMO NO AMARLO SEÑOR

¡Y, cómo no amarlo señor!
Si era mi vida…
su aliento
era como un susurro
dispersado por el viento…
era una dulce melodía,
la que calmaba mi melancolía.
¡Y, cómo no amarlo señor!
Si cuando me enojaba
Él sonreía
y sus ojos me miraban
con terneza...
sus manos acariciaban
mis mejillas
y mi trenza.
¡Y, cómo no amarlo señor!
Si su voz era tan sonora,
como gotas cantarinas
de la aurora,
como la brisa
cuando el viento llora.
¡Y, cómo no amarlo señor!
Si por él derramé mi pasión,
en las ánforas del corazón.
Y fuimos, alma, corazón y piel,
¡Y, cómo no amarlo señor!
Si a cada instante
estoy percibiendo,
su perfume en mi piel…
A cada instante,
me estoy acordando de él
y no puedo sacarlo de mi mente.
¡Y, cómo dejar de amarlo señor!
Si lo llevo adherido a mí ser, eternamente.
Felina