Diego Nicolás García Contreras

Ligero susurro (5)

Otra vez.

¡Chium!

No pude dormir, me osesioné,

me atreví a atravezar.

Y me fui.

Ya no me vez,

sabes que es así;

Se acaba tu mundo en el mio, 

mi mundo en el tuyo, hace frio.
 

Y entonces permanezco contando las piedras más coloridas al contacto con el agua.

Las sumerjo y luego las saco.

Las seco al sol y deslizo sobre mi piel.

Texturas inefables,

aromas agradables, 

canto de piedras.
 

Cuentos de perlas,

que se precipitan a mezclarse con todas las otras

Cargadas en mi mano.

Cubiertas con manto de energía 

Y de ternura,

les he dado el poder de la aparición.
 

Aprecian mi cariño

Y al revés.

Incluso las lamí un buen rato solo por placer, 

Por la experiencia sensitiva de ser e imponer.

El estilo que eríza mi piel, 

sin canonizar el arte sutil, de entrever, 

de hacerte compañía sin entender nada.

Antes, ahora ni después.