bernardo cortes vicencio

-La sombra residual de mis tres gatos con el instinto en la pared- [Día 1]

 

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Entonces la sombra insiste en dejar sus manos sobre la silla antigua, viene a sentarse con sus lentos periodos de incubación en el escritorio, sin romper el objeto cristalino hundido en el pasamanos, al pie de la única piedra que resalta con la luz en penumbra, nebulosa por el viento. Sé que viene a defecar todas sus necesidades artificiales en el carcomido hueco de la ventana: la estancia semi-obscura de esta silueta mía y la siniestra locura de roerme los oídos. Veo su significado, su identidad entre el escondite y la caja en contra esquina, considero el escalofrío de su sucia pestilencia a vómito. Me ha mirado en su encierro natural como mosca epiléptica atrapada en la telaraña, junto a mi camisa y mis zapatos, a ras del cesto de basura -esa que dejaste junto a mis libros de Animal Planet, anatomía y chucherías comestibles en el sofá-. ¿será mi voz escondida agitada en el espejo con mi estatura de 1:60 y mis anteojos en el breve diccionario, buscando el índice de la página, mientras me tomo un café en este asilo mental rodeado de medicinas alternativas para el insomnio?

 

[El viento tiembla, rasga nervioso, se viste de un espejismo agarrándome la mano, la misteriosa lujuria se muda entre papeles, dejando una presencia de insecticida que desprendió mi garabateo a las tres de la mañana]

Bernardo Cortes Vicencio 

Papantla, Ver, México 

11:2518092019