Colgada en el árbol de las raíces rotas,
en el que ha crecido entre ruinas,
en el que ya acaricia el techo.
Estas en mis recuerdos, pero no te pude ver.
Me quedé sentada en el pasto mientras dejabas entrever tus ramas entre las ventanas de
sueños rotos, que aún siguen cautivos entre tus paredes llenas de húmedad, y falta de libertad,
a las que tanto arañas intentando escapar.
¿Te has ahogado entre las hojas que has dejado escapar?
Colgada en el árbol de las raíces rotas,
mi cuerpo flotaba como una campana de viento,
los leves suspiros que se colaban entre las grietas de las paredes
me balanceaban al ritmo de una melodía oscura y fúnebre.
Tranquilamente como el balanceo de una cuna,
tan imperceptible como una manecilla en su cuenta atrás.
Tu agonia pasó a convertirme en silencio.