Dulce

Concedido

 

Se estremecen las flores,

inquietas en tus manos,

fragancias con tibios olores

estrechos quedan los ramos.

Has llegado venerando,

con obsequiosos aromas,

deleitando tu centro y orando

lágrimas en los ojos se asoman

de plenitud y alegría

de amor y fe en la vida,

símbolo de delicadeza

a la Virgen le regalas

llevándole con simpleza,

gladiolos rojos y calas.

Porque ha oído los ruegos

y el don de tus palabras

aceptando los pedidos,

has rezado con denuedo,

con certeza será concedido.