Adrian Nir

Ensueño

... Y es que, cada vez que paso por esta arboleda,

me abrazan al corazón añoranzas parentales;  

efluvian para el alma sus aromas, y son tales,

mis remembranzas, que a mi alma dejan leda.

 

En este estío eterno de dorado sol, 

me acompaña la brisa del mar.

Ávido, cual golondrinas al partir con el ardor del sol;
yo solo busco un jardín, donde poder amar!

 

Voy, Lo mismo que un colibrí sediento de miel...
que encuentra la flor, pero no encuentra la miel;
Yo encuentro amores, amores que me erizan la piel...
¡pero no encuentro un amor que me sea fiel...!

 

Para cada noche hay un amanecer,

lo mismo la fe para cada ilusión en mi ser...

No, no  me da miedo la noche, es solo... mirar solitario la luna...

Playa de invierno con efluvios de jardín; Reflejos de luna...

 

Soy caminante y me gusta soñar:

que un amor mi mano llega a tocar,

y en esta playa de amor llegar a soñar:

con rocío de suaves caricias me viene a tocar,

mirarle a los ojos y otra vez ponerme a soñar:

que su vientre fecundo llego a tocar...

y una flor llegarle a dejar... para juntos ponernos a soñar:

que el cielo con las manos llegamos a tocar.

 

Melancólicamente envidio los amores de verdad

que no son amores ilusorios como los míos,

amores de verdad, que no sucumben ni ante la edad.

 

...Y es que, cada vez que paso por esta arboleda

huelo a los algarrobales del hogar del que partí.

Pero huelo también un jardín que nunca vi...