Venatici

Para mi verdadero amor, Gerardo.

 

 

Tiene los ojos morenos,

Son cápsulas de miel pura y transparente,

Ámbar que nace de la resina fosilizada de árboles que él mismo ha plantado.

 

Tiene tez rozagante y cabellera oscura,

Excelsitud que le caracteriza.

 

Es joven de edad pero de alma vieja.

De su vida pasada carga la herencia de un noble caballero pues su corazón es tan puro para la época, que nadie le entiende cuando habla de amor.

 

Y es que su amar puede ser tan ininteligible.

Debes mirar atentamente como resplandecen sus ojos,

Como mueve los labios y relata historias.

Sus manos propagan pulsos de sus emociones,

Su agitación se intensifica.

 

Cuando habla de amor le escucho atenta.

Le miro con las pupilas dilatadas,

Le siento con el corazón abierto.

Le escucho y callo,

Pues no hay mayor dicha que verle apasionado.

 

Él es la más pura de las artes,

Una pintura fresca en invierno.

Un cuadro de colores luminosos; brillantes.

 

También es la más vivida música,

Me hace bailar entre notas alegres,

Me acurruca con su melodía,

Me abraza con sus canciones.

 

Él me muestra su mundo con todos sus colores,

Yo soy la más dichosa por tenerle cerca,

Por escuchar su voz y por ver sus ojos resplandecer.

 

Quiero que su luz brille por siempre,

Quiero estar ahí para verle crecer,

Para ayudarle a sanar,

Para cuidar su corazón.

 

Mientras me quede vida yo le cuido el alma,

Le arropo con mi corazón cada noche,

Le despierto con un beso cada mañana,

Mientras me quede vida, yo soy la más feliz por compartir con él cada día.