Ben-.

La voz que surge de dentro-.

Me importan este bosque

en penumbra, esta línea

sin reflejo, este cansancio

de austero, y este porvenir

enmudecido. Me importa

este lavadero impúdico,

donde lavo mis vergüenzas,

y trepo a las estrellas, en tierras

de luciérnagas. Los sapos,

amigos míos, crujen a mi paso,

suelo pisarlos y desmembrar

sus pieles, derrotadas por el peso

de la tormenta.

Me importan este aliento soporífero

este huracán trasnochado, esta forma

de ir muriendo, sin percances ni incidentes

ni gracias ni sortilegios.

Me importan estos tres elementos:

tierra y mar y aire y adentro, muy adentro.

Del mar a sotavento, adentro, muy adentro!

 

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