FNPG L.N

Hablando conmigo

Podemos suspirar millones de veces, y como rio de plata, podemos pedir perdón millones de veces,....aprendemos?

Aprendemos cuando alzas tus secos labios para sostener un cigarro, y prender el cerillo roto por la mitad, pero aún ahí está, nuestra locura de morir, nuestra locura de marchar hacia adelante, y no olvidar lo de atrás. Podemos disfrazar el pasado con calma y sin que el corazón acelere y desacelere.

Podemos llevarnos tranquilos el cigarro a la boca y que se nos rompa miles de cerillos al querer prender el fuego negro, pero cuando el humo muerde nuestra garganta, existe la culpa, existe la mentira, que no sabemos fumar y no sabemos también dejar todo atrás.

Y ahí vas de nuevo, nublándote, para no poder ver lo que existe adelante, sigues con la sensación de caer de nuevo y no das un grato grito de esperanza, y te preguntó, y me preguntas, enterraste  ¿el cadáver equivocado? ¿Te enterraste?

Ahora te ofrecen un vaso de vino tinto, y tú recuerdas, con esa uva amarga, seca pero no pasajera, tu ser. Tú sentir y tú llorar y que no te gusta fumar, solo escribir y cantar, volar sin alas y llorar sin lágrimas, pensar en la lluvia y pensar en que las estrellas volvieron a brillar, aunque no se vean. Engañarte, que de alguna u otra forma estas bien, y que volverás a amar.

Todo ese cuarto robado, no es para quedarse. Mudar es lo mejor, incendiar esa mierda de cuarto es lo mejor y correr, para no arrepentirse, para olvidar.