José Mario Calero Vizcaino

ENCONTRAMOS UN LUGAR EN DONDE:

aún existe armonía con la naturaleza;

aún hay silencio por las noches;

el cielo está aún claro, despejado y limpio;

el clima es estacional;

el mar alegra sus costas y playas,
          con su serenidad;

hay centros de sanación,

          con baños de lodo y sauna;

hay manzanos en los jardines;

hay seguridad para vivir;

la cultura aún se ejercita con avidez;

la mayoría de las casas son de madera;

la vida trascurre serenamente;

las aves reposan durante su migración;

las distancias son cortas;

las técnicas de construcción,
          no han evolucionado tanto;

las tradiciones han perdurado;

los adultos pueden establecerse en paz;

los cisnes procrean en las primaveras;

los días de verano son azules y verdes;

los niños caminan con los pies descalzos;

los niños pueden disfrutar su infancia;

los vecinos regalan las manzanas,
          que piscan en el verano tardío;

los viejos pueden vivir sin pesares;

podemos amarnos con tranquilidad;

puedes estacionar la bicicleta con seguridad;

se celebran ferias y eventos veraniegos.