Un sinfín de pinturas ordenadas,
son el típico bagaje de tu día,
y también representan la osadía,
de tener el corazón como una flama.
A veces no creemos que la vida,
pertenezca al maquillaje de los sueños,
y olvidamos quienes son los dueños,
del reino que El Maestro nos decía.
Las mañanas se mueren por las tardes,
y la noche toma el sol durante el día,
Tus muecas en un mundo de insolencia,
provocaron las sonrisas que querías.
Las tribunas más expertas te aplaudieron,
te llevaste su dulzura en tus retinas,
y los niños que han cantado tus canciones,
hoy son padres que no olvidan esos días.
La muerte no ha podido arrebatarte,
lo que Dios te ha regalado cada día,
El Señor te bendijo en gran manera,
la misión puede darse por cumplida.
“El payaso Plim Plim Se pinchó la nariz.
y con un estornudo. Hizo fuerte Achís”