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Mira el ánimo que ya se estanca
bajo una mañana más, en falso.
Mira el ansia viva y este vértigo
que asesinan el día, bajo el zapato.
Son mil pasos menos uno
los que aquejan el silencio a sus espaldas.
mil pasos, tan solo uno menos
y el ansia muere a tientas, aplazada.
Miramos al fin y nos miramos
en el día de más y la indistinta cara,
se engaña al tiempo con el futuro
que pasó en el instante que ignorabas.
Después de todo la jornada es quien
se extravía al candor de aquel vistazo,
y es por el incipiente bullicio del concreto
por donde el aliento se acalla, anegado.
Sólo quedará este rincón desierto,
una plaza de algún cielo extraño,
un cielo ajeno a todo consuelo
y tal vez a todo encanto.