Catelgood

Consuelo...

Un muro frágil y tenue

Divide la tarde de la noche,

El frío del calor, la sombra de la luz

Tan tenue como tu presencia,

Cuando vuelves como pretexto de sonrisa

Culpable tu foto, que ilumina la pared

O la canción que bailamos juntos

O las últimas palabras escritas para ti

Pero tú, ya no estás, ya el sol no se detiene;

Y en alguna parte del día, Dios ya no me quiere.

 

Pasa el tiempo, veloz como saeta inversa

Y un diablo divino es herido por ella

Ahí, en la incómoda fantasía, apareces

Sobre carruaje de pensamientos idos

Y se ríe del ayer, del hoy y del mañana.

Y yo te busco en la ebriedad de la fiebre

Y te encuentro, en alguna esquina rota

De la memoria que te atrapó un día

Y te siembra eternamente

En mis horas solitarias y vacías.

 

Era el riesgo de amar, los dos lo sabíamos

Si uno se iba, el otro quedaría huérfano

Como madrugada que no alumbra

Como sol que nunca sale, ni llega

Demorado por la oscuridad de la ausencia

Mordido por el gusanillo de la demencia

Y a pesar de todo, reconforta saberlo;

Si no hubieses vivido, amado y muerto,

No tendría razón de ser la tristeza; cierto

Pero tampoco tu recuerdo... tu feliz recuerdo…