A. Martinez

Lo que no se pierde.

 

Ésta orilla mía,
que no te toca
pero te siente,
que no te ve,
pero sabe
como andas,
moviéndote
entre ocupaciones.

 

Ésta boca mía
que te pronuncia,
aún cuando
los días se alejan,
y ciertos sabores
envejecen
sin reemplazo.

 

Ésta costumbre
de hallarte
entre lo cotidiano,
y sus raíces,
afianzadas
como lapas
al muelle que les
brinda hogar.

 

Ésta certeza mía,
que no deja
de traerte,
que no alimenta
obstáculos,
adherida
desde entonces,
desde siempre,
a las probabilidades
que anticipan
tu presencia.

 

Eduardo A Bello Martínez
Copyright 2019