EdithElviracolquirojas

EN LOS ORÍGENES DEL HOMBRE

 



En los orígenes del hombre, en los arreboles del principio,

la naturaleza jugaba en pétalos de ternura

en sinfonías de paz con los animales y con el hombre.

Todo era armonía plena en sus brazos:

Los pájaros cantaban enamorados,

los ciervos jugaban con las liebres,

y las ardillas no temían, la mano inclemente del hombre.


Allá en los inicios de la creación

en el Edén inspirado

de flores y árboles frutales deliciosos,

había paz, armonía, orden.


La naturaleza era un paraíso dorado.

Proveyendo a los hombres y animales todo lo necesario.

Les daba amoroso sustento;

de sus pechos verdes les prodigaba la leche de la vida en su multitud de ríos y plantas.


Pero vino el hombre y quebró el equilibrio,

y los lazos de la belleza se rompieron,

la armonía existencial: hombre- hombre, hombre - Dios, hombre –naturaleza; fue rota.


El hombre, enceguecido por el vil metal,

arrasó con los animales, taló y quemó los oxigenantes árboles,

contaminó los ojos de los ríos...

 


La madre naturaleza; esa hada primorosa bella, dadivosa, hermosa,

dejó de sonreír.


Hoy, luce su mirada cansada, 

sus brazos verdes quemados,

y herida musita sus últimas palabras:

¿Por qué me destruyes hombre, pequeño?

Si yo te amo tanto.


Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados