YO CLAUDIO

SONETO 21

 

 

Vieja madre y querida, que te sientas junto al espejo

Mirando tus cabellos que se han emblanquecidos

Esas ojeras que acompañan a esas arrugas en tu cara

Y los ojos tristes que de latan lo amargo de tu mirada.

Junto a ti han venido como compañero de toda una vida

Lavando y planchando como siempre una ropa ajena

de noche cosiendo y arreglando medias de las adineradas

no sintiendo el cansancio de un día trabajado y bien agotado.

Duerme vieja querida que tus hijos seremos tus celadores

Guardianes por las noches lluviosas frías y oscuras

Y tus galanes que te verán como una reina bien adorada

Sentados juntos a nuestra mesa disfrutando cada comida

dejando y trayendo el amor de cada momento 

y el abrazo de cada mañana que jamás te hemos negado.