Caballos de sangre a veces veo,
infinitas veces me he caído,
yo diría que nací ya maniatado,
y toda mi vida contra ello he luchado.
Caballos de sangre a veces veo,
siempre en el miedo he pensado,
y la liturgia previa a la lucha la he sufrido,
sin embargo, ante ella, nunca he decepcionado.
Caballos de sangre a veces veo,
moribundas risas que me reclaman,
enemigos que me apremian y acechan,
y yo con un mísero agujero en mi yelmo.
A veces.. daría mi vida por una espada,
por una y futura esperanza,
por la creación de una fuerza,
Que me lleve a una mayor cima.
La ambición, la lucha conmigo mismo,
siempre está, la recóndita esperanza,
de ser más justamente reconocido,
y galopar, arrasar la defensa de mi enemigo.