Detrás de una sonrisa; se guardan amaneceres, de un corazón agrietado que grita desesperado. La desesperanza del alma que rompe el silencio y llora como cascadas desde lo más profundo de las entrañas. Los huesos se rompen; y la ternura que una vez fué desaparece, se esfuma, se desvanece. Manos cansadas de luchar contra la corriente, y el cuerpo más desgastado que grietas en un tejado; se tambalean las ideas en su subconciente y hace mucho que ya no siente, porqué insensible se siente. Esa señorita, ojarasca ha quedado; ha bailado entre la soledad y el olvido y sus sueños tiene como mejor vestido. Esa que una vez fue luz, esa que una vez fue amor... ha desaparecido y ahora su mejor color es el blanco y negro. Esa que cantaba a gritos canciones; esa que amó... pero ahora presa es de su indecición.
VALERY TÓRREZ