Ben-.

Tortura cotidiana-.

Como en llanto

va la penumbra del día

agotando plazos, sometiendo

imperios de la nada, restaurando

instituciones aéreas perjudicadas.

Como en inútil ajetreo

la vida transcurre, impregnando

de suciedad y acabamiento,

las precisas líneas de un mañana.

Vías ferroviarias, tránsitos especulares,

diademas de voltios eléctricos

que forman arrabales de desidia.

Mórbidos amaneceres incesantes.

Por los bulevares, por las avenidas,

desiertas, ausentes, desmemoriadas,

amnésicas, acumula la vida su basura

de desorden y suplantación.

Me quedo con los días, las manifiestas

horas entre jardines desvanecidos,

que flotaban en el aire, antes de ser

tristemente adormecidos por gas o gasóleo.

La vida me ofrece también semillas,

linóleos, victorias amargas del paladar,

con sus estrictos sabores delgados.

Y en las sombras, en los aposentos

sin luz, busco la materia invariable

que te dio forma y hueso, acantilado

de lo informe-.

 

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