El alma va cediendo al dulce encanto
encanto muy cubierto de fulgores,
fulgores que despiertan los amores
amores que nos causan desencanto.
Desencanto tejido con el llanto
llanto amargo de penas y dolores,
dolores que provocan los ardores
ardores que se vuelven triste canto.
Canto lleno con nubes de tristeza
tristeza que sepulta la alegría,
alegría que fuera nuestra gloria
gloria santa de mágica terneza;
terneza que dejó la sinfonía
sinfonía que queda en la memoria.
Autor: Aníbal Rodríguez.