Julio Noel

Anoche te cruzaste, seductora

Anoche te cruzaste, seductora,

como apacible aura en mi camino;

desde entonces no tengo otro destino

que seguir tus pasos hora tras hora.

 

Te burlaste de mí, ¡oh vengadora!,

penetrando en el boscaje vecino,

como un ligero cervatillo albino

que huyera de la saeta voladora.

 

Dentro del corazón llevo clavada

una espina desde el día en que te vi.

No puedo augurar cuál será mi suerte

 

mientras mi corazón lleve incrustada

la espina. Has de arrancarla de mí

o será la causa cruel de mi muerte.

 

Canciones de amor.