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LA VANIDAD

    Por encima de multitud de tejados, la pasada noche, decidió corretear con plena libertad sin lastre, la tan traída y llevada amiga nuestra \"la vanidad\". Ella, mostraba cierto recato, pero su afán de notoriedad, la dominaba completamente. Deambulaba, haciendo acopio de besos y suspiros, escapados por las rendijas de esas ventanas entreabiertas en plena noche veraniega. ¿Acaso pretendía romper el encanto del viejo alquimista, al presenciar el color del oro o la plata a pesar de ser irreal?. ¡Ríndete!! deja que siga su camino el amor depositado, en esas almas nobles, que han solicitado su presencia.